ANTONIO MIRÓ COQUETEA CON LA EXPRESIÓN AMISH
22II17- BARCELONA. Durante los desfiles del ballet de las semanas de la moda, la coreografía que cautiva a los espectadores en torno a un mismo escenario se concentra en las puestas en escena y los espectáculos que muestran las inquietudes que los ojeadores de tendencias han explorado para dictar las pautas. Las confidencias que impulsan sus ideas navegaron la primera semana de Febrero en el 080 Barcelona Fashion para descifrar un cachito de la moda catalana en su 19ª edición. Espié cómplice, recorrí mundo con Miquel Suay, me puse de largo con Justicia Ruano, me tosté en la playa con TCN, bailé con Escorpion, bebí las influencias de Antonio Miró y escalé con VM La Siberia.
Organizado por el ‘Departament d’Empresa i Ocupació’ a través del Consorcio de Comercio, Artesanía y Moda de Cataluña (CCAM), un certamen de moda de esta magnitud no podría celebrarse en localizaciones emblemáticas de la ciudad de Barcelona sin el apoyo de destacados patrocinadores: los ciudadanos primero. Una plataforma para la internacionalización de los diseñadores catalanes participantes en la sede del Teatre Nacional de Catalunya. En el marco de la ceremonia de esta edición, el Premio Nacional de la Generalitat de Catalunya a la Mejor Colección lo eclipsó la significativa firma Antonio Miró con su comentada colección ‘Orígens’.
Con una trayectoria histórica de más de cuatro décadas, la firma de moda Antonio Miró (1979) regresaba a la pasarela de Barcelona en 2016, diez años después de desfilar por última vez en la pasarela Gaudí. Lo que colgará de sus perchas en la temporada de Otoño/Invierno 17.18 ya tiene pretendientes.
Albert Villagrasa, su diseñador y director creativo, llevó las costumbres ancestrales de la cultura amish a escena inspirándose en su estilo de vida, alejado de cualquier comodidad y de ninguna tecnología. Los amish son una agrupación religiosa protestante norteamericana de doctrina anabaptista fuertemente unida, notables por su estilo de vida simple, su vestimenta modesta y tradicional y su rechazo y resistencia a abrazar comodidades y tecnologías modernas que respetan estrictas reglas de convivencia entre ellos y con el resto de la sociedad.
Si Albert, ese día, no hubiese cogido el metro y no le hubiese llamado la atención la desconcertante desconexión del mundo que los viajeros, ausentes, mantenían con sus cabezas gachas jugueteando con sus móviles sin control, ‘Orígens’ fuera otra colección. Y su mente inquieta trasladó la referencia cultural de esta comunidad al progreso de nuestra sociedad hoy, sentenciada a estar presa de las tecnologías. Y no suena tan descabellada ésta, su reflexión, la que Albert entonces esbozó y desarrolló el concepto de ‘Orígens’ sobre cómo vestiría a un amish.
Su colección integra efectismo, crecimiento y costumbres, imperecederamente aliados con una fabricación artesanal custodiada con celo y haciendo hincapié en los negros, blancos y grises que acotan su paleta de colores que, de forma estudiada, los conjuntan con detalles en tonos dorados que simbolizan la riqueza espiritual del clan amish, una visión propia del diseñador, favoreciendo el fruto de las propuestas.
Rotunda, eterna, la camisa blanca, sin edad, ayer, hoy y siempre, a incluir en todo tipo de vestimentas, aquélla de la que Antonio Miró, de la mano de Albert, se ha convertido en el segundo abogado y protector (la primera es, irrefutablemente, Carolina Herrera). Esa prenda tan simple, versátil, vital, atemporal, clásica y básica2 de fondo de armario. La interpretación de Albert de esta consentida de la moda, la camisa, el blusón y la blusa blancos, la adopta en clave amish contemporánea confeccionada en tejidos de seda y de algodón con distintos cuellos: totalmente cerradas, con grandes volúmenes, incrustaciones de maxi volantes y lazadas. La diseña con y sin mangas conjugándola con faldas tubo o lápiz y lady y pantalones palazzo (de pernera ancha, altos de tiro y ceñidos a la cintura) y termina combinándola con maxi cinturones que reafirman las curvas femeninas y aportan la dosis justa de sobriedad.
El hombre Orígens de Antonio Miró rinde homenaje al carácter amish, cuyo uniforme son los trajes de colores oscuros complementados con sombreros de ala ancha, y ayuda a comprender la libertad de expresión conservando el estilo de líneas rectas y simples que definen a la firma con impecables trajes de corte entallado con pantalón ajustado (Slim fit) en tejidos de lana fría, algodón y tejano, abrigos evasé sin cuello, camisas bordadas, jerseys de tricot y chalecos en tonos negros, blancos y grises, esencialmente.
La mujer Orígens de Antonio Miró, señalan desde la marca, reivindica su papel decisivo en la comunidad amish y en la sociedad. Desde los pasillos de las redacciones neoyorkinas de publicaciones fidedignas como ‘Fortune’ y ‘Vogue USA’ este verano (pasado) se rumoreaba que el siglo XXI se va a proclamar el siglo de las mujeres, esas que se sienten orgullosas de serlo, las que con sus funciones multitarea no desfallecen en el intento, las que con sus roles aportan una capacidad inmensa de superación y equilibrio diarios. Me uno a ese clan.
Mientras que en el grupo amish las mujeres son parcas vistiendo faldas largas, vestidos sencillos con delantal y una cofia, Albert elogia nuestra feminidad con abundante tul transparente, tafetán y seda y nos envuelve en faldas de tul largas y midi sobre pantalones pitillo y pantalones cortos. Y cuando el tul recorre las pasarelas siempre recobro la imagen del número 306 de Bowery Street en Nueva York, alimentado por la transgresora y feminista septuagenaria Patricia Field en su emblemática tienda, hoy cerrada. ¿Quién no se acuerda de la falda de tul blanca que portaba Sara Jessica Parker dando vida a su mítico personaje Carrie Bradshaw en ‘Sexo en Nueva York’? Patricia creó el estilo más admirado en la historia de la televisión y arrancó el tul del armario de las bailarinas y de la ficción para arropar la calle.
Por si enrollarse entre el tul fuera insuficiente en este océano de tendencias para la mujer Orígens de Antonio Miró, Albert suma al gen princesa moderna el atavío de las melenas con tocados texturizados de terciopelo, puntillas y rejillas de mimbre, que para el desfile le colaboró la barcelonesa ‘suiteBrontë’, singular en creaciones de aderezos artesanales.
Todas ellas invitaciones que combinan usanza y crecimiento para la efigie capital del mundo hoy: la mujer. ¿Cuánto hemos cambiado? Si sentáramos alrededor de una mesa a una bisabuela, a una abuela, a una hija y a una nieta, gozaríamos de 4 traducciones de nuestra historia muy distintas y opuestas de España. Y la mujer Orígens de Antonio Miró nos confiere un rol neurálgico y también nos concede ese espacio en nuestras torres de papel de primera dama.
Para ambos géneros, hombre y mujer Orígens de Antonio Miró, la clave es el detalle y el hilo conductor es arriesgarse a subir la intensidad de la apariencia aprovechando el poder de las incrustaciones y los bordados, de los colores y de sus combinaciones.
Cada vez con mayor frecuencia, las marcas expresan sus universos de forma más creativa y sujeta al arte, a la arquitectura o al cine para difundir emociones y dejar huella. Todo vale para expresar el mensaje del diseñador en el lenguaje visual de un planeta en exceso noticiado. La simplicidad, la autenticidad y el carácter de Antonio Miró se alimentan de la historia de su entorno. Por esta razón, la llamativa colección ‘Orígens’, es todo un ejercicio de elegancia fina sin estridencias con cortes limpios y líneas puras.
Hoy, puesto que visto a las palabras y les doy forma, confieso que, como he manifestado en mi introducción, en el estreno de ‘Orígens’, con sombreros de paja y quinqués de gas admitidos, me emborraché del diálogo establecido por Antonio Miró al beber de sus influencias socioculturales menonitas de la mano de Albert Villagrasa, a quién culpo vilmente. Os invito a disfrutar del desfile:
Autoría de Adelaida Subías
Editing & producing by Renovatio©
Photo Credits: 080 Barcelona Fashion, Marcel Pedragosa y Adelaida Subías